CREAR HÁBITOS NUEVOS CON LA LEY DEL MENOR ESFUERZO.

Seguramente cuando empezó el 2020 te habías marcado mil nuevos hábitos que querías empezar o modificar, en este contexto tan raro y que nadie se hubiera imaginado seguramente estas cayendo en hábitos que no querías o se intensificaron más los malos.

Quédate tranquilo, no sos a la única persona que le pasa, todos estamos tratando de adaptarnos a esta nueva realidad, pero no nos podemos quedar en que esto en algún momento va a pasar, porque no se sabe hasta cuándo va hacer. Se está diciendo a vivas voces que Latinoamérica se está convirtiendo en el epicentro del virus, por lo tanto, seguramente esto dure más que lo queramos. Muchos trabajos, universidades y colegios se están adaptando a esta nueva modalidad virtual y seguramente vos estas en una nebulosa.

Si quieres tener hábitos como sentarte a estudiar y que la ideas se queden, trabajar con ganas, hacer un poco de ejercicio, tomas más agua, etc. Acá te explico esta ley que a mí me ayudo a empezar con el blog, leer más, hacer ejercicio y sentirme mejor conmigo misma.

La ley del mínimo esfuerzo consiste en que, ante varias posibilidades, la mejor opción es la que implique el menor gasto de energía y eso no significa no hacer nada sino actuar de forma mucho más inteligente y eficiente.

Siempre hay maneras más sencillas de satisfacer las necesidades y exigencias diarias. Para esta ley lo fácil es bueno, menos es mucho más y bien es suficiente. Esta ley tiene mucho que ver con abandonar el control y dejarse fluir.

Cuando de forma reiterada te encontras con obstáculos, resistencias o agobios, créeme, no estás fluyendo en absoluto; lo más probable es que estés aplicando mucho esfuerzo y obteniendo muy pocos resultados y poca satisfacción, a la larga te vas a terminas frustrando.

La frustración, la obsesión, el agobio y el estrés son indicativos de que estás forzando la maquinaria, obsesionándote y pasándote de rosca. Si haces esto a menudo podes caer en un horrible estado de agotamiento y frustración permanente.

No por mucho hacer significa que estés siendo productivo, la productividad depende de tu claridad e inspiración más que de tus acciones.

Cundo sientas que todo lo que te rodea está caótico y no sos capaz de solucionar nada ya sea en tu trabajo, en una relación o en tu vida en general, intenta descansar y hacer algo que te recargue las pilas, eso va a ser lo más productivo que puedas hacer por vos y por los demás en ese momento.  La productividad depende de lo bien que te sientes con vos mismo y no de tu empeño en solucionar las cosas.

Si algo no ocurre como queres tenes que dejar a un lado la queja y aceptar lo que te está pasando para posteriormente hacer un cambio sutil en cómo estás enfocando la situación.

En el momento en que aceptas y te relajas todo se ordena por sí solo y te permitís abrir un espacio donde se amplía enormemente tu perspectiva. Aceptar es el arte de la no resistencia, aceptar es comenzar a fluir.

Empezar a aplicar la ley del menor esfuerzo es una cuestión de actitud, de empezar a soltar todas las cargas impuestas y autoimpuestas y centrarte en hacer solo lo que es esencial, con eso es más que suficiente.

Acá te dejo varios ejemplos:

Si queres empezar hacer ejercicio y la rutina que encontraste te dice que tenes que hacer 20 lagartijas, 15 salto de tijera y 30 abdominales, podes hacer 10 lagartijas, 5 saltos y 15 abdominales el primer día, al día siguiente le sumas más.

Si queres tomar 8 vacos de agua al día, podes empezar tomando un vaso en cada comida (2 vasos), al otro día te tomas los mismos dos vasos y le sumas uno a la tarde y así sucesivamente hasta que llegues a los 8, te podés poner alarmas para no olvidarte.  

Mañana voy a publicar un post con hábitos que podemos empezar a implementar.

 



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